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Atrae el futuro

El otro día leí la siguiente frase: “Si quieres alcanzar algo, vive como si ya lo hubieras conseguido”.

Al principio me produjo rechazo. Porque ¿Cómo voy a vivirlo si aún no lo he alcanzado? Pero la frase se me quedó ahí, en el cerebro, dándole vueltas.  

Así que intenté ponerme algún ejemplo. 

Veamos. Imagino que quiero ser albañil ¿Cómo vivirlo? Empecé el proceso. Lo primero es que si quiero ser  albañil, es porque hay algo en ello que me llama la atención, …, que me motiva. Tanto, que tal vez haya hecho mis pinitos como tal, he aprendido algunas cosas, disfruto con ello. Y no me ha salido mal. Vale, Ok, podría trabajar de albañil.

Pero ¿Dónde?  Si me quedo en casa, salvo alguna chapuza particular, poco podré hacer. Mejor será que salga a la calle a buscar. No se me ocurrirá ir a una farmacia, o a una biblioteca a decir que quiero trabajar de albañil. Más bien, deberé ir a los sitios donde haya grúas, o constructoras, o almacenes de material para la construcción, o contactar con algún albañil ofreciéndole colaboración, o preguntaré quien de mis conocidos necesita algún arreglo.

Estando en el sitio adecuado, si mis capacidades son las convenientes, entonces tal vez consiga algún trabajo. O no, porque mi formación no es la adecuada o es insuficiente para ese trabajo.  Ellos mismos, los que viven de la albañilería, me lo van a decir. Pros, contras, posibilidades,etc.  Entonces, como quiero vivir como ellos, deberé mejorar mis cualidades. Y una vez conseguido, volveré al círculo de la construcción para conseguir trabajo.

¿Qué estoy haciendo?  Pues aunque parezca un perogrullo, sólo puedo alcanzar mi meta si me introduzco en ese mundillo y aprendo que cosas hacen falta para instalarme allí. Y es  este proceso, en el que vivo como albañil, lo que hace que lo sea o llegue a serlo. Pero no es mañana cuando tengo que lanzarme porque cualquier paso que de sin ese conocimiento, seguramente será equivocado. Necesito saber cómo se mueve todo en ese círculo y así poder empezar.   


Lo mismo ocurre con cualquier otra profesión o actividad. Ingeniero, escritor, secretariado, abogado, músico, etc,etc,etc. O vivo como si lo soy o nunca lo seré. 

Deporte y coaching

Como sé que me habéis echado de menos esta semana - aunque no me lo digáis- os pido disculpas. Es que estaba ocupado con otra de mis aficiones. Entrenador de  frontenis (modalidad de pelota Vasca). Así que os dejo unas fotos para que veáis que no miento. La verdad es que aplicar los conocimientos del coaching al deporte da resultados espectaculares. Así lo hago con este deporte, y el resultado es doble: campeones de Europa en individual masculino y subcampeonas en dobles féminas. 

Es un pequeño lío, pero no es lo mismo ser coach (entrenador- mentor) deportivo que coach (acompañante) para el deporte. No obstante, una mezcla de ambos, funciona como un tiro. Si practicáis deporte de competición no os perdáis una buena sesión de coaching. Te puede dejar en tu punto más alto para competir. Otro dia os comentaré algo más sobre estas diferencias. 

Pero lo mejor de todo, una buena celebración. Por participar y por jugar bien. Si además se gana, entonces la dicha es completa, como podéis comprobar. . 
Con Raquel e Inés, subcampeonas de Europa, Alvaro, campeón de Europa y Miguel Delegado del club



Soy saltamontes

Que mal lo paso como saltamontes. Lo primero que me ocurre es quedarme parado frente a la cantidad de cosas que hay que hacer. Mi  cabeza va de una a otra sin orden ni concierto. Tal vez resuelva un poquito de una pero como están todas ahí, a la vez, me distraigo pensando en las que me quedan  pendientes.  Salto a una de aquellas. Al cabo de un rato otro salto, luego a otra. Recibo una llamada de recordatorio, así que voy a la otra. Reconozco que hoy no he acabado nada. Es imposible. ¿He adelantado? Pues tal vez sí, pero no cierro. Así que las que tenía pendientes lo siguen estando,…, más las que voy acumulando a lo largo del día.  Mañana me espera otra vez el durísimo trabajo … para el que no me pagan lo suficiente. Porque tengo demasiadas tareas”.

Yo me he sentido reflejado en esta situación muchas veces. Más de las que debería. El estrés que lleva es insoportable. A la larga, mata.  

Así que hay que afrontar esta situación. Lo hago de nuevo. Me pongo en estado resolutivo. Vuelvo a empezar:

-Listado de tareas(en papel, en el ordenador, en la Tablet, en el móvil,…) siempre por escrito y para tenerlas muy a mano.

- Orden de prioridades (importantes, necesarias, urgentes, que afectan a otros, a largo plazo, interesantes, con posibiidades, etc,etc.) que dejo bien registrado. Por supuesto cada uno marca su propio orden. Este no se altera bajo ningún concepto.

- Ejecución de tareas según el orden establecido. Sin contemplaciones. Sin excusas. Marco cada tarea finalizada.  Aquí es cuando más necesito mi aprendizaje para decir no. Si dejo que los demás me organicen, estoy perdido.

Reconozco que cuando entro en este estado resolutivo, los resultados son satisfactorios, y congruentes, y desestresantes,  y motivadores,  y rápidos,  y …espectaculares.


Una vez finalizado el bloque, me regalo un poco de desidia y vuelvo al estado saltamontes, que ser perfecto todo el tiempo es agotador.