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¡No quiero trabajar!



Me sigue sorprendiendo con demasiada frecuencia. Os cuento. 

Por mi trabajo tengo bastante relación con el mundo empresarial. De vez en cuando me preguntan si conozco a alguien para ocupar un puesto de trabajo. Tengo consultas de toda índole pues quienes me conocen saben me gusta ayudar en esa búsqueda. En bastantes ocasiones consigo llevar a buen puerto esa solicitud. He hecho de esto una afición. No me molesta en absoluto porque siento que he podido echar una mano a alguien que lo necesita. Y también me ha servido a mí. 

De ahí que pasen por mis manos algunos curriculum. Los leo con atención e interés para ver si se ajustan a lo que solicita la empresa contratante. Es entonces cuando me tiro las manos a la cabeza. 

¿¡Cómo es posible enviar un curriculum así!? Los hay que describen su carrera profesional en un cuarto de folio, o en 15 folios, o sin revisar la ortografía, o sin cuidar la imagen del texto, o que repiten el mismo curriculum sea para el puesto de trabajo que sea aunque no tenga nada que ver con el puesto a desarrollar, o que te cuentan su vida desde los diez años, o que escriben una biografía resumida, o que cuentan las cosas sin ningún tipo de coherencia, o que ponen una foto que tira para atrás (en España se suele poner foto)... en fin, me ponen delante unos curriculum que dan ganas de darle una paliza a quien los presenta.  

Si se admite que uno de los primeros pasos para conseguir un puesto de trabajo es este documento, no entiendo cómo hay quien no han perdido ni una décima de segundo en averiguar cómo se redacta. ¡Con la cantidad de información que hay en internet sobre este asunto! 

En más de una ocasión se me quitan las ganas de colaborar con esa persona que busca trabajo. Porque está claro que aunque  digan que están locos por trabajar, su interés en dar los pasos previos para ello es cero.  Es como si a través de su curriculum dijeran: ¡No quiero encontrar trabajo!

Otro día os comentaré con lo que ocurre en ese proceso de selección o cuando alguien consigue ese puesto de trabajo. Porque también los hay que es para darles de  comer aparte.

No quiero morir



Pero hombre Javier, ¿Cómo se te ocurre hablar de la muerte en un blog que lo que quiere es prepararnos para el futuro? 

Amén de que todos nos vamos a morir – y que hay que tener siempre presente – esta vez vamos a ver en  qué quedan afectadas las personas que han vivido una circunstancia ECM (Experiencia Cercana a la Muerte).  Tal vez esa experiencia en cabeza ajena nos sirva para enfocarnos en lo realmente importante. 

El otro dia, en un programa de radio de Onda Cero del que al final del post os adjunto el enlace, se hablaba de la ECM. Vale la pena escuchar la conversación. Son veinte minutos muy interesantes y con diferentes puntos de vista. 

Me encantó escuchar los cambios de actitud frente a la vida que se producen en las personas que han pasado por una muerte teórica (ECM) y que han vuelto a la vida.  Esa experiencia les ha servido para darle otro sentido a su vida a partir de ese momento, les ha producido un cambio en su perfil psicológico que les lleva entre otros a los siguientes cambios: 

1.- Se vuelven menos materialistas, más espirituales (no necesariamente en el sentido religioso).  

2.- Aumento de la empatía por los demás. 

3.- Incremento de las relaciones personales y familiares. 

4.- Conciencia ecológica. 

5.- Empiezan a vivir coincidencias imposibles. Esas que no se pueden dar, pero ocurren. 

Me gustan estas cinco cosas,  así que yo - que no tengo especiales ganas de vivir una ECM - sí que me apunto a estos cambios.  Tendré que trabajar para conseguirlos. 




Para qué trabajarás 14 horas al dia




En coaching se trabaja mucho sobre esta situación: la dedicación absoluta al trabajo. Es más habitual de lo que parece.  Entiendo que hay miles de justificaciones pero no está de más tener presente estas, y alguna más que se te pueda ocurrir, por si acaso algún día tenemos que lidiar con esta situación. En esta ocasión daré un listado en el que tal vez nos podamos sentir reflejados. 

Añade tú alguna más y coméntala. Nos sirve a todos. Yo no doy una relación exhaustiva porque de hacerlo me tocaría estar catorce horas escribiendo este artículo y tengo otras cosas que hacer.


Trabajaras 14 horas diarias para: 


… acompañar a tu jefe mientras él está en el despacho. 


…no afrontar los problemas que puedes tener fuera del trabajo. 


…hacer el trabajo que, según tú, los demás no saben hacer.    


…disfrutar de tu único hobbie. 


…acabar lo que deberías haber hecho en ocho horas. 


…que los demás vean lo que trabajas.


…cubrir los fallos de organización de la empresa. 


…no tener que pensar en cambiar de trabajo. 


…resolver situaciones que la empresa debería afrontar pero que le va muy bien que resuelvas tú. 


…no tener que pensar en alternativas para aprovechar mejor tu tiempo. 


…sentirte explotado y poder contarlo. 


…hacer que tus subordinados también estén 14 horas.


…sacar adelante un proyecto que está abocado al fracaso. 


…sentir que la empresa es tuya.

...cumplir con el castigo bíblico de "ganarás el pan con el sudor de tu frente". 


…ser visible para alguien. 


…sentirte el rey en algún sitio. 


Seguro que hay muchos más. Te invito a que pienses en ello y si compartes  alguna de estas circunstancias y te disgustan te invito a que trabajes para evitarlas. ¿Me ayudes a seguir con este listado?