Es bueno que de vez en cuando mires tu entorno y observes a las personas con las que te rodeas. La influencia de quienes están contigo sobre ti es enorme. Estar en un grupo te da identidad.
Eso sí, hay muchos casos en que esa pertenencia no te ayuda sino más bien todo lo contrario. Y en tu camino de mejora más bien son una traba para tu desarrollo. ¿Te hace mejor persona estar ahí, rodearte de esa gente? ¿Sientes que al estar con ellos/as la suma de todo el grupo es mayor que la suma de las personas? ¿Tiene ese grupo fuerza, personalidad propia? ¿Te ves dentro de diez años con esa gente? ¿Quieres darles siempre lo mejor de ti mismo? ¿Ellos están contigo dándote lo mejor?
Las personas somos animales sociales. Y como tales tenemos una necesidad imperiosa de relacionarnos. Saber elegir tu entorno, tus apoyos, vamos, tus amigos, es una de las decisiones más importantes que puedes tomar en esta vida. Dedícate un tiempo a pensar en esto. Conozco muchos casos que han decidido dar un giro a su vida porque se dieron cuenta de que el ambiente que les rodeaba no era bueno. Les costó, fue duro. Pero nunca, nunca, nunca, se han arrepentido del cambio. Es muy importante. Pregúntate el para qué de esas relaciones. Rodearse con gente buena tan solo te hace,…, mejor.
Javier, este dicho acaso entrañe un juicio bastante apresurado de las personas. Sin embargo sí que es verdad, en la mayoría de los casos, que quien la dice considera que puede definir el perfil de una persona determinada por el sólo hecho de conocer a algunas de las personas con los que se relaciona habitualmente. Lo cierto es que esta frase nos da a entender que las personas que nos rodean hablan de nosotros mismos pues, al menos, algún punto en común debemos tener con ellas.
ResponderEliminarCreo que somos muchos los que, llegados a una edad de peinar o teñir canas, hemos dado giros para cambiar el tipo de relación que teníamos con alguna persona o simplemente dar por terminada esa relación tras percibir que sus actuaciones eran egoístas o nos hacían daño nosotros o nuestro entorno próximo.
Javier, esta entrada me ha recordado que mi hijo mayor siempre me dice que yo tengo más fácil el convivir pues en la “esfera” que me he creado la mayoría de las personas son como yo. Ellos han de recorrer mucho mundo y aún no han desarrollado bien esa capacidad selectiva o realmente aún no les interesa pues según él sería cerrar muy de antemano caminos a nuevas relaciones.
Un abrazo.
Alicia, tienes razón en cuanto a la conveniencia de utilizar este refrán como entrada. En efecto, lo pensé y dudé. Debería haberlo descartado porque en efecto contiene un juicio bastante apresurado. Pero me vendí por el marketing. Prometo intentar no volverlo a hacer.
ResponderEliminarY justamente lo que quería destacar es la necesidad de esa capacidad selectiva para la pertenencia a grupos. Es importantísimo saber elegir. Por supuesto, esto también implica tener que decir que no. Y eso es difícil. Me parece que al final siempre volvemos a esas cosas básicas pero tan olvidadas.
Claro que no podemos cerrarnos a nuevos caminos o relaciones. Lo que sí tenemos es que ser exigentes aceptando o descartando.
Gracias por acompañarnos.