Soy el primero que disfruto cuando no tengo nada que hacer, o mejor dicho, cuando no hago nada. Pero para eso necesito tiempo libre.
En efecto, puedo parar lo que estoy haciendo y ponerme en
blanco pero reconozco que entonces me vienen las recriminaciones: deberías
estar haciendo esto o lo otro, eres un vago, etc,etc,etc. Tal vez otro día analice esas voces
interiores pero hoy me centraré en lo que puedo hacer para que cuando pare,
pare de verdad. Es decir, con la satisfacción del deber cumplido y sabiendo que
me regalo un tiempo de vagancia, sin atormentarme por ello.
Está claro que a esto se le llama organización y
planificación. Tal vez suene un poco marciano pero si nuestras actividades del dia
las acometemos con planificación y
organización, resulta que nos queda un montón de tiempo libre.
Aunque sean ejemplos un poco extremos, está claro que no debemos
quedarnos mirando la lavadora mientras está en marcha y hasta que acabe (bueno,
salvo que ver girar el tambor de la misma nos produzca un placer especial). O no
podemos ir seis veces al mismo sitio a
coger cosas, o no podemos tener a un equipo de personas mirándonos cómo
trabajamos mientras esperan órdenes.
No es muy difícil parar y pensar. Es decir, al comenzar el
dia, dedícale cinco minutos no sólo a repasar las cosas que tienes que hacer
sino también, y esto es lo más importante, en qué orden puedes acometerlas y si
hay cosas que puedes solapar, es decir, hacer a la vez.
Puedes tener que trabajar y poner la lavadora. Piensa que
harías antes. O tal vez leer un libro mientras vas en el transporte público, o
aprender inglés mientras conduces, o recoger la habitación mientras el
ordenador se pone en marcha… Esto no es como en las matemáticas pues aquí el
orden de los factores sí que altera el producto.
¿Cómo te sentirías si dispusieras de tiempo libre? ¿Qué cosas
puedes hacer simultáneamente?
Hola Javier:
ResponderEliminarEn eso de hacer cosas simultáneamente no me ganas , uno porque soy mujer, y dos porque soy madre, soy capaz de conducir mientras aprendo ingles y le doy a mi hija en el asiento de atrás un botellín de agua para que beba y no me haga el trayecto insoportable jejeje.
Pero hablando en serio , creo que tienes toda la razón un poco de planificación no viene mal y solo nos lleva unos minutos al día, intentare ponerlo en práctica.
Un beso.
NOELIA.
Javier, has dado en el clavo con el tema de secuenciar prioridades y solapar las que son compatibles en el tiempo. Creo que ser capaz de hacer una buena planificación es llegar a cumplir aquella primera ley de la Economía Doméstica-asignatura que tuve que estudiar en el bachiller y de la que solo recuerdo esta ley-que decía "MÁXIMO RENDIMIENTO, MÍNIMO ESFUERZO". Vamos ´no solo se trata de planificar sino que con ese proceso seamos más operativos. De todos modos, qué bien salen algunas cosas resultado de la improvisación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Noelia: Estoy totalmente de acuerdo en que la maternidad es la mejor escuela de formación para la organización. Por lo menos tal y como está estructurada aún la sociedad en España (no creo que en muchos otros países se alejen mucho de esto). Pero bueno, lo que pido es que se aplique a ese conocimiento casi intuitivo, más racionalidad. Seguro que ayuda a generar tiempo extra que nos permita disfrutar más.
ResponderEliminarGracias por estar por aquí.
Un beso.
Alicia, has tocado un punto muy importante. La improvisación. Nos puede dar muchas alegrías, en efecto. Pero tengo la teoría que la improvisación buena es aquella que nos viene dada por el hábito a navegar en aguas pantanosas. Me explico: para improvisar bien hay que estar muy entrenado. (¡Caray, nada más volver y ya me obligas a hacer otra entrada en este blog). ¡Bienvenida de nuevo!
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