Siempre hay posibilidades
que debemos rastrear. La curiosidad es la cualidad más importante del
crecimiento personal. ¿No hay nada más allá de lo que sé?
Para mí esta respuesta
es fácil: “Sí, está todo para descubrir” Claro que esto me obliga a arremangarme, abrir las ventanas
y dejar que entre la luz necesaria para distinguir las cosas.
Hoy toca quinesiología
(lo pongo con q y no con k porque así aparece en el RAE). Había oído hablar de
ella hace bastante tiempo y ahora se me ha vuelto a despertar la curiosidad
sobre esta ciencia. Tal vez a algunos les sorprenda que utilice la palabra
ciencia pero es que algunos países su enseñanza ya está regulada y admitida su
aplicación.
Y sobre todo hoy os
invito a indagar sobre la relación entre tono
muscular o respuesta muscular y emociones. La kinesiología, o por lo menos
alguna de sus ramas, trata el cuerpo
humano como un todo unido, y por tanto considera que todo lo que nos pasa por
la cabeza afecta de una manera u otra a nuestro cuerpo. Desde ahí, con las técnicas
adecuadas, se puede llegar a corregir determinados estados emocionales nocivos
que tienen su reflejo en algún síntoma del que en principio se desconoce su
causa y por tanto es difícil de sanar.
Hay quien duda de la
quinesiología, de sus resultados. Por supuesto, yo no seré ni quien le
contradiga ni quien le anime. De momento solo sigo intentando profundizar
porque maneja unas herramientas que, de ser ciertas, abren la puerta al cambio,
a la mejora, y a la salud personal. De no ser así me habré divertido mucho en la búsqueda. Que no es poca cosa.
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