De vez en
cuando unas pequeñas vacaciones vienen muy bien. Me sirven para desconectar de
lo habitual, abrir la cabeza a otras sensaciones y disfrutar de la lentitud del
tiempo. Eso sí, si duraran mucho más tal vez me olvidaría de lo habitual,
saturaría mi cabeza con tantas sensaciones y me aburriría con un transcurso lento
del tiempo.
Así que, manos
a la obra, que nuestro futuro está a una décima de segundo del ahora. Y como he
venido acelerado, necesito utilizar cosas que me ayuden a decidir más rápido
para ir logrando esos objetivos que me acerquen a la meta.
¿Cuál es la
herramienta que tengo más a mano? Está claro. La intuición. Sí, ese flash que nos
ayuda a hacer lo adecuado en el momento justo, sin pensar, sin perder un
segundo en analizar. Según la Teoría del Conocimiento, la intuición describe el
conocimiento que es directo e inmediato, sin intervención de la deducción
o del razonamiento, siendo considerado como evidente.
Reconozco que soy un forofo de este concepto. Me encanta
dejar que se ponga en marcha. Suelo consultarle mucho cual es su reacción. Me
explico. Frente a algún acontecimiento, primero quiero saber qué me dice mi
intuición sobre el. Y luego, según lo que sienta (emoción+pensamiento) actúo en
función de la intuición o, paso al siguiente nivel que es la
racionalización. Eso sí, como la
intución no me provoque mucho rechazo, suelo hacerle caso. Soy un poco vago.
Pero no me va mal.
Hay teorías que se inclinan por decir que la intuición viene
provocada por la suma de aprendizajes. Otras se decantan por afirmar que es la
suma del conocimiento genético. Y las hay más osadas – según mi punto de vista –
que hablan del conocimiento humano global.
Soy poco ambicioso y reconozco que con la primera me vale.
Tener un almacén en la cabeza que me permita encontrar soluciones adecuadas,
basadas en mi experiencia, en pocas décimas de segundo, creo que es un lujo. No
sé si hay ordenador que supere eso.
Así que no dejes pasar ninguna ocasión para activar esta
poderosa herramienta. Deja que tu intuición funcione. Escúchala. Y luego,
analiza. Pero déjala que trabaje para ti. Si “suena” bien, síguela. Te va a
ahorrar muchos tiempos de dudas.
Javier, sí que es verdad que muchas veces dejándonos llevar por el llamado sexto sentido damos en el clavo para ir marcando el camino de lo qué queremos, cómo lo queremos y lo qué debemos hacer para conseguirlo.
ResponderEliminarMucho se ha hablado de que la intuición femenina está más deasrrollada que la masculina ¿Que opinas al respecto? Intuyo que tienes respuesta para ello.
Un abrazo.
Hola Javier:
ResponderEliminarBonito tema el de la intuicion, y para mi tiene algo ...no se como de mágico...algo que sale de muy dentro de ti, que no sabes muy bien donde ha salido ni en que se basa,simplemente una pista una luz (llamemoslo así) que te oriente y en muchas ocasiones acierta...y te quedas algo alelado. Que conste que despues de todo esto mi mente racional ( y mucho) cree lo mismo que piensas tú que es el cúmulo de aprendzajes , que aunque tu no recuerdes ahí están. Pero no me deja sorprender esa sensacion agradable cuando te dejas llevar por tu íntuicion y te sale bien, es maravilloso ....,te sientes es "Rey de Mambo"....
Como siempre muchas gracias Javier.
Un abrazo.
NOELIA.
Pues sí, por eso puse esta entrada, porque parece magia. Pero si se trabaja en este aspecto, los resultados no tardan en llegar. Juega con tu intución y ganarás seguridad. Más de lo que piensas.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Alicia, no es mi teoría sino la que he leído no sé donde y tiene su lógica.
ResponderEliminarEn general las mujeres, preparadas para la maternidad, son capaces de hacer lecturas del lenguaje corporal (para entender a los bebés) que parece ser que marcan una diferencia notable con respecto a los hombres. En fin, es una posibilidad pero no la única. Esta sería un buen motivo de discusión.
Gracias por pasear por aquí.