¿Con un Cervantes sería
suficiente? ¿O con un Mozart?
¿O con un Picasso? ¿Tal vez con un
Einstein (bueno, su mujer según dicen)?
Seguro que la lista de “genios” sería
bastante larga si lo que queremos es una excusa para no atrevernos a empezar en
un campo que nos resulta interesante, apasionante o simplemente divertido.
Pensémoslo bien. Porque en
las artes, en la ciencia, en los negocios, o en cualquier campo que nos llame la atención, es
más que habitual la frase “es que para hacer eso hay que nacer con un don”. Esto
nos bloquea totalmente la posibilidad de empezar algo. O Cervantes o nada, o Mozart o la oscuridad, o
Picasso o el fracaso absoluto. Llevándolo al extremo, mejor que no hubieran nacido. Ellos son los culpables de mi insatisfacción.
Si pensáramos en esto solo un
instante más y abriéramos un poco más la mente veríamos que también están Pío Baroja o
Rembrandt, Marie Curie,… ¿Qué habría ocurrido si estos últimos fueran seguidores de nuestra línea de
pensamiento? Pues que nunca se habrían atrevido a introducirse en sus campos de
actuación. Pero sus aportaciones no fueron menores que la relación anterior.
Así podríamos seguir
aportando nombres, actividades, pero nunca conseguiríamos cerrar esta
interminable lista. Porque los que relacionáramos no abandonaron su actividad,
su pasión, su hábito. Se ejercitaron en algo que les llena, que les
enorgullece, que les satisface.
Pues aprendamos de ellos.
Hagámos de nuestra afición, de nuestra pasión, de aquello que admiramos en
otros, un hábito, una costumbre, una forma de vida. Seremos buenos, los mejores
o no. Crearemos algo, o no. Pero no nos quedemos coartados, parados y vencidos
por que nuestro gen no estaba preparado para ello. Tal vez nuestro gen no lo esté pero,…,
nosotros sí y tenemos mucha fuerza. Más de la que imaginamos. Es un camino apasionante.
ResponderEliminarPor naturaleza por supervivencia
nos ponemos careta,
escondemos con nuestros gestos
los verdaderos pensamientos
Somos actores y actrices
en un mundo
de engaños, mentiras,
sonrisas palabras,
miradas con trampas,
disimulos, egoísmos, y envidias.
Gracias a Dios, nuestras edades, compromisos y tareas nos permiten no vivir en un mundo de farándula. Por supuesto, cada vez, y aún nos queda un largo recorrido, nos debemos comprometer para llevar adelante esas ideas que hemos considerado justas y necesarias. Y en ello estamos. Un abrazo.
ResponderEliminarPara llegar a ser un genio reconocido en cualquier disciplina es necesario mucho trabajo y práctica en el mismo, además de tener cualidades innatas, de otra forma no se puede llegar.
ResponderEliminarHola Jaume, lo primero gracias por pasear por aquí.
ResponderEliminarEn efecto, ser un genio, exige genes y trabajo. Pero, lo que trato de comentar aquí, es que eso no debe ser limitación o excusa para que desarrollemos el potencial que llevamos dentro. Por supuesto, todo depende de a dónde quieras llegar.
Un abrazo.