Qué miedo da esa pregunta. Si eres tú quien la hace te tendrás que empezar a preguntar a ti mismo qué está pasando.
Porque no puede ser. Somos capaces de perder nuestro rumbo con
tal de ser aceptados y queridos. Tras muchas de nuestras acciones erróneas se
esconde el deseo de ser aprobados por los demás. Bueno, si sólo fuera el deseo,
aún tendríamos salvación. Pero no, no sólo es el deseo. Es peor, es la
necesidad. Llegamos a desesperarnos por obtener un reconocimiento del de
enfrente. Esto nos lleva a tal grado de dependencia que al final, hacemos lo
que haga falta por recibir una felicitación incluso de quien ni siquiera
conocemos. La búsqueda de aprobación externa es uno de los mayores bloqueos
mentales que existen.
¿Tan grave es esto? Pues sí – y me reconozco en estos
supuestos en más de una ocasión – porque el estrés que nos genera la búsqueda
constante de aprobación más la dejación de nuestros valores, sentimientos y
necesidades, y la desesperación a que nos lleva puede
dejarnos noqueados y despersonalizados.
Así que, para no ser dramáticos veamos si se puede hacer
algo para mejorar esto.
Lo primero será averiguar si mi nivel de autoexigencia me
lleva a la desaprobación continua. Y claro, sí me machaco permanentemente, entonces buscaré la compensación en otro sitio. ¿Dónde? Pues en
los demás. Necesitaré desesperadamente la aprobación de los demás para
sentirme bien. ¿Cómo romperé este
círculo vicioso? Pues racionalizando cada recriminación que me hago.. Al ser
capaz de hacerla consciente y analizarla con cierta objetividad, disminuye el
grado de autocastigo. Y al bajar este, aumenta la generosidad hacia uno mismo y por tanto, eludimos la necesidad de que nos
digan lo bien o mal que actuamos. El resultado es que se deja de pensar en la
aprobación de los demás.
Hay que tener en cuenta también que esta necesidad
comienza con un simple plegarse a las normas. Es más cómodo que hacer valer
nuestra opinión. Poco a poco nos vamos acomodando hasta que nos
abandonamos. Por tanto otra forma de
salir de esto es aprender a decir que no y a justificarlo. Esto deberemos ponérnoslo como un ejercicio.
Empecemos a rebelarnos contra alguna norma. A ver qué ocurre.
Finalmente, deberemos ser un poco generosos con nosotros
mismos. Claro que se admiten consejos, claro que se admiten ayudas, pero al
final, nuestra vida depende de las
decisiones que tomemos. No podemos dejar
esto en manos de otros.
Seguro que esta entrada va a dar para más pero de momento
vale la pena preguntarnos cuales son las cualidades de esa persona que
conocemos y que caen bien a todo el mundo… Ah, ¿que no conoces a nadie
así?
Hola Javier:
ResponderEliminarMe acabas de dar en el punto debil, soy una persona que casi siempre busca la aprobacion de los demás. A mi favor te dire que soy consciente de ello ..que ya es bstante, he intento corregir. El problema es que tengo deficultades para asumir el riesgo y el tomar decisisones sin consultar me da algo de miedo..parece que el tener la aprobacion de alguien anima .. Mi problema esta claramennte relacionado con el nivel a autoexigencia que como bien dices me lleva a no ser generosa conmigo misma.
Bueno como tu bien sabes , ahora tengo tiempo de sobra para poder gestionar mi vida y mi rumbo solo espero arreglar todas estas cosillas para poder tomar las mejores decisiones...eso sí sin la aprobacion de nadie.
NOELIA.
Escuchar, prestar atención, pedir consejo no es ninguna debilidad. Más bien al contrario. Eso sí, luego sólo puedes decidir tú. Tú eres responsable de lo que hagas. No hay recriminación para el consejero ( así me salvo yo, je). Pero no confundas el pedir consejo con buscar la aprobación. Si buscas esto último, seguramente la encontrarás pero no te habrá servido de mucho. Busca consejo bueno. Seguro que tienes gente a tu lado que te puede echar una mano. ¡¡No busques la aprobación!!
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