Te compras un coche y resulta que está en todas partes, vas
a tener un hijo y sólo ves mujeres embarazadas o descubres un asunto nuevo y al
investigar te percatas de que hay un millón de especialistas hablando sobre
ello.
¿Le ocurre lo mismo a todo el mundo? Pues está visto que sí. ¿Y eso es bueno o malo? Pues ni lo uno ni lo otro, como siempre.
Pero podemos aprovechar esta capacidad innata que tenemos - para fijar
la atención en algo muy concreto, para desterrar cualquier otra información que
no corresponda al asunto que nos interesa - y ponerla a trabajar a nuestro favor.
Así ocurre con muchos empresarios. La mayoría de ellos han
sido capaces de llevar su negocio adelante porque son capaces incluso de
adecuar todo lo que ocurre a su alredor para que cuadre con la idea que ellos
tienen. ¿A quién se le ocurriría pensar que alguien bebería un brebaje como la Cocacola?
Hay que estar muy loco para pensar esto. O muy enfocado a una idea.
A partir de que ponemos en práctica la atención selectiva, nuestra
mente inhibe determinadas respuestas que son incompatibles con nuestro objetivo y además ciega los estímulos o eventos que no sean relevantes
para nuestra tarea. Es lo que ocurre
tras la compra del coche, tan sólo vemos vehículos de la misma marca o
color.
Si utilizamos/conocemos esta característica de la mente
podemos potenciar mucho más nuestras respuestas y por tanto nos será más fácil
alcanzar el objetivo deseado.
En pocas palabras: ¡Estamos configurados para ser muy
cabezotas cuando algo nos interesa! ¡Aprovéchate!
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