No solo vivimos de
teoría. Así que de vez en cuando me gusta presentaros aquí cosas prácticas.
Este fin de semana, por culpa de un buen amigo, he estado sumergido en asuntos de
meditación y trascendencia. Me he chutado algún buen video sobre esto, que ya
os iré pasando. Como el aprendizaje en estos asuntos, por lo menos para mí, es
en espiral ascendente, vuelvo a recordar y ver desde otra posición cosas por
las que ya pasé. Y que por cierto, me alegran recordar, revivir y utilizar de nuevo.
Hace años mi primer
contacto con la meditación fue a través de un libro ameno, útil, sencillo y
práctico. Vamos, un best seller americano, con todo lo que ello implica.
Gracias a su lectura empecé a meditar. O mejor dicho, aprendí y empecé a
proyectar las cosas que quería que me ocurrieran. Fue un juego. Pero funcionó.
Tendría multitud de anécdotas y situaciones que contaros, pero eso lo haré
cuando sea mayor. Funcionó tanto que le tomé algo de miedo. Tal vez no estaba
preparado. No obstante, siempre lo he tenido presente.
Es un libro que salió a
la luz en los años 60 y ahora que lo he vuelto a releer, veo que habla
de meditación, trascendencia, inteligencia emocional, intención o filosofía positiva. Tal
vez por su culpa, por culpa de Silva su autor, hoy estoy en este blog,
escribiendo y animando a la gente a que ponga en marcha su futuro ya. Yo desde
luego lo intento cada día.
Así que esta vez os
invito a que os sentéis tranquilamente, le deis una oportunidad al libro, lo leáis y lo pongáis en práctica. Dentro de unos meses
me contáis cómo os ha ido. Tal vez este sea un momento de cambio, como me
ocurrió a mí.
Yo me vuelvo a
arremangar, vuelvo a abrirlo y a ponerlo en práctica. A ver qué sorpresas me
depara de nuevo. Eso sí, esta vez con más seguridad, menos miedo y más
confianza en que me va a ser de gran utilidad.
Os dejo el enlace, pinchad aquí:
Ah, y no os olvidéis:
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