Al igual que en otro post
os informé de las ventajas de escribir, esta vez tras el periodo vacacional os
invito a hacer algo que, con las urgencias, las prisas y la velocidad de información,
estamos dejando de lado.
Bueno, no voy a generalizar. No voy a generalizar
porque yo he sido durante este año el primero que ha abandonado ciertos hábitos.
He tenido que parar por vacaciones, aislarme un poco del mundo tecnológico,
apartar la presión diaria del trabajo y de otras actividades para darme cuenta
de la barbaridad que había hecho. ¡He
estado un año sin leer libros!
Informes, noticias
rápidas, manuales de consulta, etc,etc, todo eso sí. Pero tener un libro entre
manos, dedicarle varias horas, no tener prisa, disfrutar con las experiencias
que tienen otras personas, sumergirme en aventuras que los buenos escritores
nos regalan, leer e intentar comprender los pensamientos o puntos de vista distintos a los míos, intentar ponerme en la
piel de los personajes imaginarios o reales que nos presentan, todo eso lo
aparqué durante este año. Pero he vuelto. No sé cuantos libros han caído en
estos días. Bastantes.
Había olvidado el placer
de que el tiempo deje de existir y el mono que conlleva dejar un libro al final
del dia, a esperas de que llegue el
siguiente y poder continuarlo. He movido
las neuronas. Me he reído, he aprendido y he disfrutado de momentos que nunca
debí abandonar. Prometo no volverlo a
hacer. Lo agradeceré.
La vorágine de la vida moderna nos lleva a no tener tiempo... pero efectivamente tenemos que crear nuestro propio tiempo y disfrutar de esos placeres como leer. Un abrazo.
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