Es
difícil que las soluciones dadas coincidan con los puntos de vista de cada uno.
Quien ve el huevo puede no ver la gallina, y a su vez quien ve la gallina puede
desconocer lo que es un gallinero y a su vez no tener ni idea de que ese
gallinero forma parte de un corral, que a su vez está en una granja, y así,
hasta mucho más arriba.
Cuando
se toman decisiones, es casi seguro que desde más abajo te pedirán explicaciones (si no lo hacen, malo). Considero que no hay peor decisión que aquella que no se puede explicar. Veo que en muchas empresas se suele tender al oscurantismo. Al “eso es así, o se hace así y punto, no hay que dar explicaciones”
Es claro que quien ha tomado una decisión lo ha hecho en base a situaciones determinadas y concretas. Por tanto, debe explicarlas. Debe tratar de describir la granja, o el corral o la gallina, a partir de la posición del interlocutor.
Si no le escuchan, habrá perdido unos minutos. Si lo hacen, ganará un aliado inteligente.
¿Hay
algo peor que cuestionarte cosas y no tener respuesta? ¿Cómo esperas que la
gente actúe en una dirección si no sabe a dónde va ni para qué? ¿Cómo
reaccionas tú cuando no te dan explicaciones?
Eso sí, estarás dispuesto para preguntar, cuando también te prepares para oír lo
que no quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario