Pues sí, dentro de esta época
en la que me ha dado por el “Soy,..” reconozco que iba a hacer un post sobre “Soy
vanidoso”. Pero tras informarme un poco, creo que hoy toca llamarme ignorante, lo
prefiero. .
Mira que llevo tiempo
escribiendo, que debería conocer el significado de las palabras más comunes.
Pero no, les atribuyo significados que luego no son los que de verdad tienen. Tal vez sea porque como lector voraz y rápido
que he sido, me ha faltado meticulosidad con las definiciones exactas de determinadas
palabras. Más que buscar en el RAE, las adecuaba al entorno,… Pero bueno, esto es otra historia, que hoy
toca vanidad,..
Todo viene porque Alvaro López. autor del
blog “Autorrealizarte”, me ha incluido en un listado de blogs interesantes sobre
desarrollo personal. Me ha halagado y me
ha enorgullecido. Hasta aquí, todo bien. Sin pecado. Pero,.., al pensar sobre
el estímulo que eso suponía para mi vanidad, entendiendo como el placer de ser
reconocido por algo, he decidido ir al diccionario.
Para mi sorpresa, debido a mi
ignorancia supina (lo pongo en negrita
porque es lo que mejor me define), vanidad viene de vano, de vacío, de hueco. Y
el ser vanidoso entonces es tener la cualidad de vano, es decir, ser arrogante
con unas cualidades propias que son vanas, vacías, sin contenido. Es decir,
estar orgulloso y proclamar a los cuatro vientos que,…, somos puro nada, pura
fachada.
Leyendo un poco más, algunos
autores hablan de la vanidad diciendo que es una demostración exagerada de la
soberbia y de la arrogancia. Y entre las “virtudes” o “intenciones” de la vanidad podríamos hablar
de su uso para menospreciar a otros,
para sentirnos mejores, para tapar defectos propios, para despertar halagos
intempestivos, etc,etc,etc. Vamos, que los vanidosos son todo un ejemplo de
presunción, envanecimiento y arrogancia.
Espero que no se me olvide esta
lección y que el reconocimiento propio de mi ignorancia (vacio) me ayude a evitar
la vanidad (vacio).
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