Acompáñame dándole al botón "Me gusta" y mejor aún dándole al botón "participar en este sitio". Se está muy bien en buena compañía.

En facebook

Seguidores

¡Que le den!

No te equivoques. Para comenzar un nuevo proyecto o intentar dar otro sentido a tu vida no es necesario tirar todo por la borda y empezar de cero. Bueno, en algún casi sí, pero no es lo normal.
Los pequeños pasos, cercanos, próximos, nos harán ir dando un cambio de rumbo útil y asimilable. Aquí en este blog quiero proponer pequeñas cosas que pueden echar una mano para que tu cambio llegue a buen puerto.
Claro que esto lleva detrás un componente de riesgo, esfuerzo y sacrificio. Se nos acusa, a quienes creemos que las cosas son posibles, de vivir en una burbuja, de ser optimistas, de autoengañarnos. Y sí, aunque algo de eso hay, detrás de cada acción hay ilusión, entrega, ganas, trabajo y sudor. No es fácil. Las cosas no llegan sólo con pensarlas. Hay que trasladarlas al mundo real.
Os propongo un ejercicio. Imaginad que al lado tenéis a alguien que os cae mal. Bueno, muy mal. Puede ser un compañero de trabajo, de equipo deportivo, familiar cercano, vamos alguien de quien os sea difícil poder aislaros. Peor aún, puede ser un jefe, un profesor, o sea, una persona de quien dependáis. 
Os invito a que cojáis un folio. Y un bolígrafo, por supuesto.  Pensad en esa persona. Sí ya sé que las arcadas os suben por la garganta, que el estómago se os revuelve, que el puño se cierra dispuesto a dispararlo en cualquier momento. Se os hace de noche. De repente os vienen a la cabeza las últimas "putadas", sí las que os hizo ayer. Las anteriores no quieres ni recordarlas...
Aqui viene el primer esfuerzo: borrar un ratito esas imágenes. Sólo un ratito, de verdad. A partir de ahora, bolígrafo en mano, empieza a apuntar alguna virtud que pudiera tener. ¿No salen? Piensa. No es fácil. Lo sé. Sigue pensando. Una virtud. Algo que a tí te gustaría tener de él..., algo que hayas aprendido con él, recuerda si has oído a cualquiera comentar una virtud. Piénsala. Relájate. No dejes que te invada el sentimiento de odio. Apártalo y escribe. Estoy convencido que si haces este ejercicio con voluntad, vas a apuntar no menos de cinco cosas. Incluso más. (Si no encuentras ninguna, necesitas un coach a tu lado,me escribes, je)
Cuando vuelvas a tener al elemento delante, piensa en lo que has  apuntado. No va a ser más amigo  que antes, no le vas a sentir más cercano, pero el nivel de inquina va a disminuir, la tensión que te crea va a ser menor. Seguro. Y rebajar esa tensión te va a beneficiar, va a ponerte a ver las circunstancias con otro punto de vista distinto al anterior. Y por tanto, los resultados que obtengas de esta relación, seguro que serán distintos. Has cambiado tu posición, te has movido. Has comenzado un cambio. Si te mueves con inteligencia, será a mejor, por supuesto.

Los coach son unos canallas...

Vale la pena ver este video. Es, independientemente del título del mismo, el mejor ejemplo de lo que nos puede ocurrir cuando vemos algún problema, buscamos una solución o queremos alcanzar nuevas experiencias. Nuestra cabeza, nuestra mente, le da vueltas y vueltas y vueltas a lo mismo. No encontramos la solución o el camino. Y nos mantenemos firmes en nuestra posición. Le damos vueltas y vueltas. No somos capaces de saber que tendremos que derribar algunas barreras.  
El acomodo en nuestra vida viene dado por ciertas defensas que nos hemos ido creando. Pero esas defensas, creeencias, que nos han ayudado a vivir bien - en algunos casos incluso mal - nos limitan. No nos dejan acceder a otros lugares o experiencias. 
El coach, en este caso es capaz de hacerte dar vueltas, vueltas y vueltas, manteniéndose al margen, y presentarte de cerca lo que puedes conseguir. Tú das vueltas, y el coach te estimula. No es bastante, el coach te estimula más, sigue sin ser suficiente, te ve dar más vueltas, necesita más acción,... otro estímulo más. Así hasta que tú eres capaz de encontrar una salida. Un camino que desconocías.
Será la casualidad, será el esfuerzo, será las vueltas que da el perrito. La verdad es que al final del proceso, hay salida. Siempre la hay. El método funciona.
Y sí, el coach es un poco canalla...pero ha valido la pena. 
Ah, lo de poner luego los juguetes dentro del círculo ya tiene otro nombre más fuerte...