En alguna de las conferencias a las que asisto – gracias a
Dios no en una mayoría - esta es la
filosofía que se transmite: la respuesta está dentro de ti, tú puedes hacer
cualquier cosa...
Y al finalizar la
charla, me queda la certidumbre de ser tonto de remate. Todos pueden, menos yo.
Llevo un montón de años equivocado, ¿crisis, qué crisis?, o lo que es peor, todos
estos años de esfuerzo, de constancia, de sacrificio, …, ¿Estoy tonto y los he
perdido?
Me miro hacia adentro y veo que las posibilidades naturales,
inconscientes, intuitivas, que me ofrezco son limitadas. Muy limitadas. Vamos,
que cualquiera de las actividades que he realizado, trabajo, familia, deporte,
etc, y con las que estoy medianamente satisfecho, me han supuesto un esfuerzo
enorme. He tenido que recorrer un camino largo, complejo, tedioso, y difícil hasta
llegar aquí.
Seamos claros. La frase “la solución está en ti” no quiere
decir que no te preocupes, que ya te saldrá, que te vendrá todo dado.
Justamente quiere decir que vas a tener que buscar, que trabajar, que pelear y que sufrir, en el intento de alcanzar tu
objetivo, tu meta.
Por favor, que se
borren los conferenciantes esa sonrisa de la cara. Claro que la solución está
en ti. Pero porque el único que puedes solventar tus problemas eres tú. Porque
sólo te valen tus soluciones. Pero hay que trabajarlas, fomentarlas,
adquirirlas, formarlas. Y seguramente, en algún momento, tendrás que renunciar.
Te darás cuenta de que eso que quieres conseguir va contra ti, o que buscas un
imposible. Pero también en esa renuncia está la formación, está tu camino.
No te lo creas, no les creas, que no te engañen. Tú tienes
tus respuestas. Claro que sí. Pero tienes que meterte a fondo en el fondo, para
encontrarlas. Tienes que buscar y rebuscar, arremangarte y quitar la basura
hasta encontrar tu verdadera solución, la que te permitirá recorrer
un camino que sea ecológico para ti, es decir, que esté de acuerdo con tu
propia naturaleza. No es fácil, no. Pero,…, ¡ Es apasionante!