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Remata la idea

Me vais a permitir unos dias de vacaciones en este blog.  ¿Por qué? Por el mero hecho de que me apetece. Un descanso no viene mal. Pero como esto es algo voluntario os dejo un par de actividades por si seguís con las pilas muy cargadas.

La primera propuesta es invitaros a pasear por este blog durante estos dias. La mayoría de las entradas (casi 150) aunque estén escritas desde hace tiempo, son intemporales. Valen para cualquier momento.  En la zona derecha del blog podéis elegirlas por tema o por fecha según queráis leer a la aventura o profundizar en algún asunto concreto.  Ah, si lo hacéis espero vuestros comentarios, que animan mucho. 

La segunda, verdadero motivo del post de hoy, os llevará algo más de esfuerzo pero la tarea puede ser bastante gratificante. No sólo descansar ayuda a traer ideas nuevas. Hay otros métodos aunque no se porqué siempre tiendo hacia al periodo vacacional. 

Bueno, pues ahí va. Os invito a aplicar el método SCAMPER para esa/s idea/s que lleváis en la cabeza y que queréis desarrollar en el 2015. Vale tanto si tu idea es iniciática, es decir todavía está en fase de embrión o ya empiezas a tenerla desarrollada. La única condición es que esa idea te motive. Si es así, encontrarás fácil y divertido aplicar el SCAMPER amén de que verás que te ayuda a llevarla a buen puerto. Este método ayuda a pensar más fluidamente.

Vamos con ello: SCAMPER es el acrónimo de las siguientes palabras:  Sustituye, Combina, Adapta, Magnifica, Propón para otro uso, Elimina, Reordena).

En principio esto puede parecer complicado así que debemos bajar un escalón más para entender bien que se quiere decir con estas palabras y aplicarlas a la mejora de una idea. Por eso vamos a plantearnos unas buenas preguntas que nos ayudarán a comprender mejor este método.  Eso sí, no te pongas limitaciones a lo hora de contestar. Deja libertad a tus ideas. Luego analiza y rechaza o acepta. 

Veamos si sobre esa idea que tienes se puede SUSTITUIR algo:
¿Qué puede sustituirse? ¿Quíen? ¿Pueden cambiarse las reglas? ¿Los ingredientes? ¿El material? ¿El procedimiento? ¿El lugar? ¿El formato? ¿El enfoque?...

O que se puede COMBINAR:
¿Qué ideas pueden combinarse? ¿Combinar objetivos y propósitos? ¿Hacer un surtido? ¿Mezcla, aleación, conjunto? ¿Fusionar con otros objetos? ¿Combinar para multiplicar los usos? ¿Combinar materiales?...

Tal vez ADAPTAR:
¿Qué otra cosa es similar? ¿Qué otra idea sugiere?¿Se ha hecho algo parecido antes?¿Qué o a quién se podría copiar?¿Qué otro proceso podría ser adaptado? ¿Qué ideas de otros campos puedo incorporar?...

Incluso MAGNIFICAR:
¿Qué puede ser ampliado o hacerse más grande? ¿Qué puede ser exagerado o enfatizado? ¿Qué puede añadirse? ¿Más tiempo? ¿Más fuerte? ¿Más alto? ¿Más duradero? ¿Qué puede ser duplicado? ¿Se podría llevar a un extremo dramático?...

No te rindas, buscaremos MODIFICAR:
¿Cómo puede alterarse para que sea mejor? ¿Hay un nuevo giro? ¿Cambiar el significado, el color, el sonido, la forma, el olor, el tamaño? ¿Cambiar el nombre? ¿Cambiar el proceso?...

Pues que tal si le PROPONEMOS OTRO USO:
¿Para qué otra cosa podría utilizarse? ¿Existen nuevas formas de utilizarlo como está? ¿Podría utilizarse para otra cosa si se modificara? ¿Se puede dar otro uso a un residuo?...

Y si no, ELIMINAMOS O REDUCIMOS:
 ¿Qué pasaría si esto fuera más pequeño? ¿Qué es lo que debería omitir? ¿Puede dividirse, partirse? ¿Quitar importancia? ¿Hacerlo miniatura? ¿Restar? ¿Borrar? ¿Qué no es necesario?...

Creo que estas preguntas son muy potentes. Pero lo que más me gusta es que están organizadas. Quienes en algún momento han creado algo seguro que han pasado por buena parte de ellas. Pero tenerlas todas delante y organizadas nos puede ayudar a ganar tiempo y esfuerzo.


Yo me voy a pasar estos días de vacaciones reforzando con estas preguntas dos o tres ideas que me martillean en la cabeza. ¡Feliz descanso!

Fuente: Curso de creatividad de la Universidad de Cantabria (por cierto, quiero destacar que me ha encantado este curso) 

Gula

Cada vez que alguien confía en mí como coach para acompañarle en algún objetivo, sé que de nuevo tendré que enfrentarme a situaciones totalmente desconocidas, que el cliente me va a llevar por caminos diferentes a los que yo suelo transitar.  

En esta ocasión estoy inmerso en el objetivo (del cliente) de vencer la gula. Sí, el comer de forma compulsiva, sin control, en otras palabras, tratamos de evitar que la gula le engulla.

Llegamos hasta ahí tras alguna sesión indagatoria en la que los planteamientos no rondaban ni de cerca esta situación. Interesante. A medida quitábamos capas de cebolla, cosa que iba realmente bien, las acciones del  coachee eran rápidas y efectivas. Cumplía y realizaba las tareas que se iba imponiendo. Pero, de repente, el proceso se paró. 

Fue a raíz de ponerse como tarea regular su  comida y su ejercicio. Buscamos sus soluciones, sus ayudas y nos comprometimos a determinadas acciones. Fracaso, fracaso, fracaso. Me faltó un pelo para tirar la toalla, lo reconozco. Fue el cliente quien pidió seguir. Le hice caso y parece ser que ya, por fin, está caminando por la senda adecuada. ¡Bravo!

Pero lo que hoy quería comentar (perdón por la perorata anterior) es lo que sufren las personas con gula. Ha habido momentos en los que yo lo he pasado mal viendo sus padecimientos. No es fácil para ellos controlar unos niveles de ansiedad disparatados y utilizan la gula como defensa ante los problemas. La comida les alivia momentáneamente, les reconforta. Pero les va dejando una herida interna que luego les pasa factura. Su sentimiento de culpa, cuando te lo describen, es terrorífico.

Así que como aquí hablamos de cosas que nos pueden ayudar a mejorar nuestro futuro, os dejo con un enlace que nos indica caminos que debemos recorrer si queremos que la gula “no nos engulla a nosotros”. Ah, que no se me olvide un detalle: parece ser que la gula afecta más a las mujeres que a los hombres.  



#gula  #pecado capital  #coaching

No soy tu límite

¡Ay Señor! ¿Pero cómo se le ocurre decir que eso no lo puedo hacer? Como comprenderéis, fue intentado de inmediato (eso sí con resultado medio).

¿Qué ocurrió? Pues que estaba jugando un partido de padel (sí, yo también hago estas cosas) y en un momento determinado fallé una pelota al intentar hacer una jugada un poco extraña con la que buscaba sorprender al contrario. Mi compañero, de mayor nivel que el mío en este deporte, me dijo en tono cordial: “Esa jugada es muy difícil. No la debes hacer”.
Por su gesto  deduje que lo que me decía de verdad y con contundencia era: “Tú no la puedes hacer”.

Estuve a punto de parar el partido y explicarle: “¡Hombre, soy coach,… y competitivo, no me lances ese tipo de retos…!” Pero no lo hice. Más que nada para no parar el juego y enfriar a los contrarios.

Así que callé y esperé. Aún nos quedaba más de un set por disputar. Se dio la circunstancia y la aproveché. ¡Y me salió bien! Incluso los contrarios aplaudieron y comentaron el buen fin de la jugada. Pero mi compañero no dijo nada. Nada. Nada. Ni bien ni mal. Calló. Silencio. Al girarme, le miré de frente y,.., no abrió la boca.  


Luego volví a intentar la jugada un par de veces más. Una salió bien y otra un desastre. Yo quedé satisfecho y meditabundo. Porque muchas veces soy yo quien, en el terreno deportivo, limita a los demás. Así que será casi seguro que también lo haga en otros asuntos. Las palabras “eso es muy difícil”, “no lo intentes”, “hoy no toca” “tú no puedes”, “¿estas seguro?”- esto último con cierto menosprecio - tendré que borrarlas y buscarles las mejores alternativas posibles. Nadie es otro Cervantes, ni otro Nadal, ni otro… Pero podemos ser muy felices en el intento de escribir lo mejor posible, de hacer deporte bien, de estudiar ciencia con conciencia, etc, y nada ni nadie nos lo debe impedir. Yo mucho menos. 

Soy idiota

Esta semana saboreé un buen café y una mejor conversación con un gran amigo. Solemos dedicarnos un rato a comentar nuestros proyectos y deseos  sin poner limitaciones. Es divertido. Creamos un ambiente distendido en el que la imaginación vuela, sin cortapisas. Nos sirve para medir el realismo de proyectos futuros,  descargar tensiones acumuladas o incluso saborear pequeños éxitos. Un disfrute.

Así que allí me encontraba yo, frente a él, hablándole esta vez de algo que me hacía sentir mal porque no conseguía alcanzarlo. Tras escucharme con su habitual paciencia, me espetó: ¡Aplica la regla del oso,idiota!

Imaginad mi gesto cuando me lo dijo. Se percató inmediatamente de que algo había malinterpretado. Así que apostilló con rotundidad: “¡Javier, la regla del OSOidiota! Que no te estoy insultando”.

Ante mi cara de extrañeza remató: “Es una regla descrita muy bien por Jorge Bucay sobre lo que hay que hacer con los deseos” y me la explicó.  En pocas palabras viene a decir que frente a un deseo lo que hay que hacer es Obtenerlo,  o Sustituirlo u Olvidarlo (OSO) y si no haces ninguna de  estas tres cosas entonces,…, eres idiota.

Os invito a que escuchéis un audio corto donde el propio Bucay describe esta línea de actuación.  A sus inteligentes y emotivas propuestas hay que sumarle la capacidad verbal y poética que es capaz de desplegar. Yo no le había escuchado nunca y creo que ahora me apuntaré a hacerlo con más frecuencia.  Desde este enlace podéis ir a otros audios tan interesantes como este.  Mejor me callo y dejo paso a Bucay.



Por supuesto,  tras oírlo está claro como el agua. Soy idiota en muchas ocasiones. 

Antes de que te mueras

Nunca he puesto encima de esta mesa de trabajo el tema de la muerte. Me sorprende. ¿Cómo me olvido de la única seguridad cierta en todo nuestro proceso? Nos morimos. Todos. Sí, tú también, admítelo.

Si tenemos en cuenta el “más allá” posiblemente cambiemos bastante nuestro “más acá”.  

Recientemente he vivido un fallecimiento de una persona que  no era de mi círculo íntimo pero si cercano. Considero que llevó una vida ejemplar en bastantes aspectos. Le veía esporádicamente, de Navidad en Navidad, pero sabía que iba a pasar una tarde agradable. La mezcla de anécdotas, sonrisas y risas hacía que esas horas pasaran volando. Siempre dejábamos pendiente el vernos con más frecuencia.

Tras su muerte lamento no haberlo hecho. Perdí la oportunidad de ser mejor. Este es un lujo que no me puedo permitir y desde luego, pienso hacer todo lo posible para que en otras ocasiones no me ocurra lo mismo con otras personas que me alegran la vida. Voy a ser  pesado y egoísta. Me  regalaré con esas compañías que sé que me hacen bien.


Las personas son efímeras, sus recuerdos no. Quiero llenar mi mochila con el regalo de la presencia de personas que quiero y admiro. No voy a dejar pasar más oportunidades de este tipo. Por tanto, que mis amigos tiemblen, que mis conocidos sepan que voy a  estar con ellos y que seré insistente en el contacto. Quieran o no. No me apetece nada echarles luego de menos. 

Contra la genética

En alguna otra ocasión ya he comentado que me gustan las series de televisión. Incluso alguna vez les saco partido. Esta vez me sirve para hacer la entrada de hoy.



Estoy ahora con “Boston Legal”. En esta serie los protagonistas principales son dos abogados narcisistas, egoístas, cínicos y machistas. Con estos mimbres parecería difícil sacar algo de provecho pero reconozco que me tiene enganchado y que por contraposición me hacen pensar más de una vez (por capítulo).  


En el último que he visto, uno de ellos (Allan) le comenta al otro (Dani) que no le gustaría morirse pensando que nadie ha llegado a conocerle. Y Dani, el más mayor, le espeta: 

"Cuando muera no quiero que me recuerden como soy, basta con que se crean mi version".

Reconozco que esta frase me dejó impactado.  Es una bomba. Otra vez más, una excusa para darle a la cabeza.

Porque si nuestro carácter es genética en una parte bastante importante, entonces los cambios son difíciles. Esto supone que tenemos que hacer grandes esfuerzos, a veces titánicos, para ser como queremos ser e imponernos a la fuerza de la biología.

Por poner un ejemplo, si yo tiendo a ser iracundo y no me gusta eso en mí, tengo que trabajar mucho para que me reconozcan como persona tranquila. ¿Quiere decir eso que dependo de lo que opinen los demás? Pues no, elijo ser tranquilo aunque eso suponga verdaderos conflictos internos. Eso sí, si alguien se percata de mi sosiego entonces quiere decir que he voy consiguiendo lo que me propongo. Quiere decir que supero a mi genética y que tengo dominio sobre mí. Eso me gusta.

Así que con esos cambios consigo, en cierta manera, vender mi versión, mostrar la imagen que quiero. ¿Es falsear la realidad?  ¿Es sentirse reconocido en un esfuerzo? ¿Me dañará provocar ese cambio?  Aunque tal vez la más importante sea ¿Cómo puedo cambiar para que la imagen que quiero dar sea la misma que la que reciban y además esto no me vuelva loco o enfermo?

Celebración

Imagínate que ayer estuviste lejos, que en ese lugar te has dejado la ropa sucia. No tienes ganas de volver allí. Así que coges la lavadora, te asomas a la ventana y tiras por ella el aparato. Total, sólo tiene que recorrer quinientos millones de kilómetros, llegar a un astoroide y posarse sobre él.  Esto, bromas aparte, es para mí una de las noticias destacadas de la semana. Hemos enviado un satélite (del tamaño de una lavadora) a esa distancia y tras 20 años  de viaje y recorrer los 500 millones de kilómetros, ha aterrizado en un astoroide llamado Cari, de 4 mil millones de años de antigüedad y nos ha enviado fotos. ¡Increíble!

Lógicamente se ha celebrado bien. La operación ha sido un éxito. Pero nos hace quedar a las personas de a pie como algo minúsculo. Las enormes distancias, la edad de la roca, la enormidad del espacio. Vamos, que particularmente no somos nada, que lo nuestro, nuestra presencia aquí es cero, pura casualidad.

Y al mismo tiempo este fin de semana he estado en una fiesta  en la que se celebraba el 40-1 cumpleaños de una persona cercana.  Allí  hubo alegría, emoción, sentimientos a flor de piel, risas, regalos, y todo lo que se puede dar en una buena celebración.

Salí de esa fiesta y me acordé del asterisco. ¡Qué feliz he sido con algo tan pequeño como la celebración y qué bien me sentí llegando hasta Cari.


Así que he decidido celebrarlo todo. Con más o menos intensidad pero todo. Desde mi pequeñez quiero hacer partícipe a los demás de mis alegrías y sobre todo, quiero ser partícipe de las de los demás. Con mayor o menor intensidad pero todo tendrá su reconocimiento.  Sí, ya sé, que es una locura pero pensar en lo pequeños que somos frente a la enormidad de lo que nos rodea me hace sentir que debo dar las gracias permanentes al universo por compartir y disfrutar de estos instantes tan mínimos.   

Ponte un reto

Me va bien poner los pies en el suelo. No es que niegue el valor de lo espiritual, de lo trascendente. Ni mucho menos. Pero  la realidad física, las necesidades inmediatas y necesarias también hay que atenderlas. Tenemos que estar preparados para afrontarlas y solventarlas. Así que esta vez me vais a permitir que hable de un reto que desde hace tiempo tenía pensado acometer y que ya estoy trabajando. 
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Es muy sencillo. Y de largo recorrido. El reto hay que asumirlo, programarlo y ejecutarlo con constancia si se quiere hacer bien.

En mi caso el reto es… cocinar.

No quiero aburriros con el plan de acción que me he propuesto pues  sólo me sirve a mí ya que  cada uno diseña el suyo. Tan sólo os voy a dejar aquí un pequeño listado de los para qué. ¿Para qué me sirve aprender a cocinar? 

Como ya sabéis los para qué son la chispa que provoca la explosión de la intención contenida y la convierte en acción.

1.-  Para ser autosuficiente. Ayuda mucho saber que soy capaz de alimentarme bien sin depender de nadie.

2.- Para despertar los sentidos. Trabajar en la cocina me hace oler, gustar, tocar e incluso escuchar los sonidos de los alimentos. ¿Vivir el momento?

3.- Para ser ordenado. Prepararlo todo, poner en marcha un método y tener la satisfacción de cumplir plazos y expectativas me sirve para reconocer las ventajas de la aplicación de un orden.

4.- Para compartir. Cocinar para uno está bien pero mejor aún si lo haces también para los demás. Es una manera de demostrar mi afecto a los comensales.

5.- Para trabajar la creatividad. Ideas e imágenes que se pueden reflejar en la cocina. Es un buen entrenamiento para mejorarla. 

5.- Para ser agradecido. Porque somos pocos los que podemos  permitirnos el lujo de disfrutar de comidas variadas. Cocinando reconozco el valor de cada ingrediente y agradezco el tener acceso a el.  

6.- Para ser humilde y poder asumir las críticas, escuchando con atención las recomendaciones.  No es fácil cocinar. Y es muy fácil meter la pata. En este mundo hay grandes expertos dispuestos a ayudarme si quiero escuchar de verdad.

Hay más pero no quiero ser pesado. Podría aumentar el listado pero eso os lo voy a dejar a vosotros. Cocinar está siendo mi reto.  Hay otros retos cuya relación de motivaciones, de para qué, podrían ser las mismas.


¿Cuál es tu reto y cuáles son tus para qué? Cuéntamelo. 

Generosidad y futuro

Alex Rovira "in action"
Me gustan las conferencias. Siempre te regalan algo. Por supuesto no me refiero a algo material.  Como el conferenciante sea bueno pues ya tienes ese destello  o esa lucecita que te guía por algún camino inexplorado u olvidado.

En este caso la expectativa estaba más que cubierta a priori. El nombre de un grande como es Alex Rovira no defrauda nunca. Está garantizado un buen fogonazo. Y el regalo fue patrocinado por Florida Universitaria.

En hora y media nos presentó tantas ideas sobre creer, crear, innovar que sería prolijo incluso hacer un resumen.

Me quedo con dos cosas – como bien dice mi amigo Miguel Angel Díaz “las cargo en la mochila”- que sin ser tal vez las más importantes, creo que nos sirven para el propósito de este blog.

Porque para poder establecer relaciones fructíferas con los demás, no hay nada mejor que utilizar lo que Alex Rovira llama “Mirada apreciativa”, que tiene que ver con la empatía, y que nos hace ver a los demás con afán de descubrir. Descubrir posturas, ideas, acciones, métodos y modos distintos a los nuestros. Sólo seremos capaces de comprender mejor el entorno si cuando tenemos alguien al lado, le acogemos con esa manera de atenderle. Sin poner barreras, sin prejuicios. Esa escucha activa, nos ayudará a mejorar.

Y la segunda cosa con la que me quedo es con el camino de la generosidad. Os cuento. 

En su tercera parte de la charla, nos desgranó detalladamente los caminos por los que el futuro podría transcurrir. Para ello habló de población, medicina, internet, Realidad aumentada, nuevos materiales, nanotecnología, etc, etc. Yo ya hice algo parecido en mi entrada Trabajo para todos…, pero él lo hace  mejor.

Queda en el aire la duda lógica sobre lo que tiene que ver el futuro y la generosidad.  El enlace entre ambos temas vino por la pregunta que hizo un asistente y que en cierta manera reflejó perfectamente el sentir general de los más de 300 asistentes a la charla. “Vale, el futuro va por ahí, pero va a haber mucha gente que se quede descolgada de todo esto. Será un drama. ¿Qué podemos hacer?” Y Alex Rovira, dio una respuesta que me encantó. “Debemos ser generosos con el conocimiento. Debemos ofrecerlo continuamente para que llegue a todo el mundo. Una forma de hacerlo es a través de internet, de estas conferencias, del día a día. Hay que animar a la gente a que entienda la necesidad del conocimiento. Regalad el conocimiento. “ 


Me quedo con el apunte, me quedo con la frase y con la intención. Desde mi humilde aportación, para eso escribo en este blog. Ójala le sirva a alguien. Sólo con uno me vale. 

Aficiones

Hay personas que declaran abiertamente “No tengo aficiones”. Y siempre encuentro en ellas una mente plana. Sus neuronas (supongo que tienen más de una), están bastante estancadas. Esta es una declaración que me sorprende pues se me hace muy difícil pensar en alguien a quien no le gusta nada, que no disfruta con nada.  Prefiero pensar que es más una pose que una realidad.

Porque las aficiones son la manera más directa de acercarnos a eso que hoy en dia llaman Mindfullnes, vivir el momento, realidad plena, estar presente, etc,etc.

El deporte, la pintura, las manualidades, la fotografía, el baile, la lectura, o cualquier otra cosa que nos pueda acompañar, nos lleva a vivir ese momento de práctica como único, a olvidarnos de todo lo que nos rodea y centrarnos exclusivamente en esa realidad. Al final nos relaja. Esto es bueno para la mente, para abrirla, para descansarla, para activarla. Sabéis que soy un gran aficionado a todo lo relacionado con la creatividad. Bueno, pues la base de la creatividad pasa por la capacidad de apartarnos de nuestro hábitat natural y tener experiencias distintas, nuevas, de ocio.

Cuando hemos sido capaces de vivir con intensidad el momento del ocio y volvemos  a la realidad, nuestra mente es distinta, es más flexible, está más activa y es más elástica.
Si además de tener esas aficiones potenciadoras de nuestra mente, conseguimos poner en práctica la meditación, veremos cómo nuestra manera de ver la vida cambia, se potencia todo, damos lo mejor de nosotros mismos, nos conocemos más a nosotros mismos y a los otros, y además, nos lo pasamos bien. ¿hay algo mejor que ser mejores disfrutando con ello?

Os dejo un enlace a un artículo de un blog sobre mindfullnes en el que se explica muy bien en qué consisten estos movimientos modernos del ahora, su relación con prácticas antiquísimas, sus beneficios y cómo ponernos en marcha. Espero que lo disfrutéis (¡mejor aún, que nos aficionemos!).





Amor

Esta semana me ha llamado la atención que la Real Academia de la Lengua ha incorporado un nuevo término al diccionario. Se trata de la palabra amigovio. La define como  "Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo". Yo no la había oído nunca en España pero parece ser que es popular en Argentina, Paraguay, Uruguay y México. Bienvenida sea.

¿Y esto que tiene que ver con tu blog, Javier?... ¡Cada día desbarras más! 

Si me dais un par de párrafos más, trataré de explicarlo.

En este blog trato de los asuntos más variopintos que atañen al crecimiento personal, al cambio, a los posibles caminos. Por lo menos intento plantear asuntos que nos hagan reflexionar unos minutos cada semana.

Me he dado cuenta de que tras más de cien entradas y 25000 visitas (por cierto gracias por acompañarme), no he hablado del amor, ni hay en el blog –en el apartado de etiquetas – ni una llamada a esta palabra: AMOR. Hoy dejaré esto resuelto.

Conocemos la importancia de este sentimiento. Es el más  motivador de todos. Vamos, que mueve más montañas que ninguno. No es el más potente, ni el que más nos cambia necesariamente en positivo. Eso lo consiguen mejor los sentimientos de ternura y de agradecimiento. Pero es difícil negar la fuerza de este sentimiento.

Y me ha sorprendido la palabra amigovio porque supone un estado de tránsito, de la de amigo a la de novio. La palabra novio supone un compromiso importante. Así que la admisión de este término quiere decir que cada día las personas tendemos a comprometernos  menos, a dejar las situaciones en una indefinición.

En España se utiliza otro término, un poco más fuerte en sonido, que la RAE no ha incorporado a pesar de su gran uso. No es exactamente lo mismo pero también implica un poco de lo que he comentado antes. Por si alguien no conoce el término me refiero a la palabra follamigo. Esto daría para otra entrada de blog.

En definitiva, y ya os dejo por esta semana, que quedo emplazado para más entradas sobre el amor. Mientras tanto os dejo un enlace que me ha gustado mucho sobre el amor. 

Disfrutadlo y…, lo discutimos si os apetece.



Gracias por vuestra compañía. 

Número once

He contado hasta once antes de escribir esto. Una por cada vez que he parado el video que os adjunto más abajo. En cada una de ellas, me levantaba de la silla, daba unas vueltas por el despacho o me iba a pasear. Por puro cabreo.

Este blog  trata de buscar caminos y plantear temas que nos puedan servir. Siempre desde un punto de vista positivo. En esta ocasión, he tropezado con algo increíble que me ha provocado al mismo tiempo enfado, ira, desconcierto y estupor.

El conferenciante y observador imparcial de acontecimientos se presenta con título académico oficial mas una afición declarada por las matemáticas – aunque no sepa distinguir undécimo de onceavo -  y pretende acercarnos al mundo de la numerología. Más concretamente al número once y según dice, a su importancia.

Me atrevo a llamarle además “observador cuántico”. Porque según la física cuántica  que él trata de explicar sin conseguirlo, los fenómenos dependen del observador.   Pues este hombre me ha demostrado que es un fenómeno como  observador.  Efectivamente trata de ajustar los acontecimientos a lo que él ve. Defiende con pasión su teoría, ancestral, intentando soportarla con conceptos matemáticos numéricos que luego retuerce a su discreción.  

A lo largo de nuestra vida nos vamos a encontrar con muchos manipuladores de este tipo. En religiones, en empresas, en la sociedad: gana dinero fácil, consigue aquello sin esfuerzo, sígueme que te mostraré el único camino, participa en esta estructura piramidal, sana milagrosamente

En todo esto hay sujetos que son capaces de cualquier cosa para vivir, o sobrevivir, a costa de explotar ilusiones, creencias, o lo que es peor, necesidades ajenas.

El video que os adjunto es largo. Más de dos horas. No he podido llegar más allá de la primera. Pero a pesar de ello os invito a que lo veáis.  Conocer a estos manipuladores, saber que existen, y evitarlos, seguramente nos va a evitar más de un disgusto en el presente y en el futuro.


Pensaba hoy escribir sobre el aquí y el ahora pero lo dejo para otro día que hoy es dia 11, y termino de escribir esto a las 11:11  

Aquí os dejo con La increíble historia Del número 11- Adrián García

¡Te denuncio!

“Tú te lo has buscado. ¡A juicio! Tengo razón, nos vemos en los juzgados. Te voy a poner una demanda que te va a arruinar la vida…”  Estas palabras duras suelen traer unas consecuencias  inesperadas. Amén del tiempo, cuestan un dineral. De hecho, hay una frase que se suele decir a los enemigos “Juicios tengas, aunque los ganes”. Porque no olvidemos que la justicia es legal pero no es necesariamente justa. 

Os preguntaréis que qué  tiene esto que ver con este blog. Un poquito de paciencia y os lo cuento.

Tuve la suerte (como siempre) de asistir a una conferencia de ASNIE (Asociación Nacional de Inteligencia Emocional) en Valencia, impartida por Anna Vall, abogada y mediadora, con  el título: “Inteligencia emocional y gestión positiva del conflicto: mediación”.  

Disfruté con el derroche de emoción, energía y practicidad de la conferenciante. Destacaría dos cosas que nos pueden interesar. Por una parte, nos explicó que el conflicto es inherente al género humano, y que lo que lo mueve, principalmente es la emoción y que si somos capaces de gestionar bien las emociones de las personas en conflicto, éste es resoluble. Esta conclusión parece fácil, pero no lo es en absoluto. Cuando nos enrocamos en nuestras decisiones, es muy difícil que veamos alternativas distintas a las nuestras. La invitación de Anna fue para que abramos la mente y admitamos la posibilidad del otro. O por lo menos que le escuchemos. A poco que pongamos un poco de intención, se puede producir un cambio en la situación que beneficia a todas las partes.  Vale la pena tener esto en cuenta. Os adjunto un link en el que se desarrolla con más profundidad lo tratado en la conferencia.  http://www.asnie.org/inteligencia-emocional-y-gestion-positiva-del-conflicto-mediacion/

¿Y la otra parte a destacar? Pues que la mediación tiene método y está reglada. Es decir, que se puede aprender cómo realizarla y además se puede ejercer como mediador pues, por lo menos en España, ya se ha legislado, desde el año 2014, para poder ser mediador “oficial”.

Por tanto, tenemos que la “segunda profesión más antigua del mundo” ya se puede ejercer legalmente en España. La gestión del conflicto. En otros países ya se trabaja este campo desde hace muchos años. Aquí no existe tradición de esto. Por lo menos no mucha.  Preferimos  antes un juicio que un buen acuerdo. Ójala esto cambie. Así que aún queda bastante camino para que esto madure. Pero,…, más vale prepararse ahora que esperar a que esté en su punto más álgido. Os invito a que pinchéis aquí para recordar la entrada: Trabajo para todos. Añadamos la mediación  a la lista de posibilidades. 

Como esto está muy relacionado con el coaching, métodos, inteligencia emocional, etc, creo que voy a dedicarle un tiempo a estudiar esto. Creo que lo disfrutaré,…, si encuentro un buen curso por aquí por mi tierra.  

Ah, os adjunto más abajo un video ilustrativo sobre cómo funciona la mediación.  Casi se matan entre dos hermanos y poco a poco van encontrando un punto de acuerdo.  Es lo que se consigue cuando alguien es capaz de gestionar un espacio para hablar.

Gracias ASNIE, gracias Anna, un nuevo éxito de esta maravillosa asociación. 


Provocar el cambio

Cuando esté conmigo le cambiaré”. Esta frase la he oído infinidad de veces. Sobre todo en las conversaciones que, distendidamente, mantienen mis jóvenes alumnos deportivos cuando  hablan entre ellos sobre sus parejas. 

Tienen la esperanza, o mejor dicho  la confianza, de que van a ser capaces de pulir  esos “defectillos” que encuentran en el otro. De momento los asumen y soportan porque están convencidos de que más adelante lo arreglarán. 

Esta creencia les hace más llevaderas las situaciones incómodas provocadas por esas alteraciones de su media naranja, aún idílica. Así que, con esta tranquilidad, esperan a que llegue el momento de hacer las reivindicaciones oportunas: “Deja de relacionarte con ese amigo,.., no duermas tanto, no juegues tantas  horas a internet, deja de ir a comer los fines de semana con tus padres, etc,etc,etc.

Pero,…¿qué sucede cuando llegado el momento esto no ocurre? ¿Cómo es posible que ese ser amado no ceda ni un ápice en sus hábitos? ¿Cómo afecta a la relación el empecinamiento de la pareja en no cambiar, o la intención permanente de que el otro cambie?


Creo que a partir de aquí, además de los interrogantes anteriores, nos van a surgir un montón de preguntas más que tal vez nos inviten a realizar bastantes post sobre este asunto. De momento lanzo una pregunta,… ¿Es el amor bastante motivación para un cambio? O dos: " Ese cambio posible, ¿Has pensado también que tal vez un cambio provocará cambios que quizás no te gustarán?  

Mentiras

Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”. Esta frase se va a hacer realidad. Porque digan lo que digan, hay verdaderos profesionales de la mentira, a los que no hay manera de pillar. También hay ciertas mentiras que son necesarias para poder relacionarnos y vivir.

Algún fiel lector dirá que ya he hablado de este asunto. En efecto, concretamente en la entrada mentir se pone difícil. Pero es que cada día hay más novedades respecto a estos asuntos. La neurociencia sigue su carrera loca de descubrimientos y aplicaciones. 

Bueno pues ahora, además de la onda P300 se está trabajando con la N400. Si aquella se activa cuando vemos una imagen sobre la que tenemos recuerdos, ésta, la N400, varía cuando oímos una frase que no tiene sentido. Por ejemplo: “Ayer te tomaste una cerveza con Mari Pili”. Si  es verdad, la N400 se queda tranquilita. Pero como sea mentira, es decir, no tenga lógica,  se dispara. La velocidad de respuesta de estas ondas es tan rápida que no podemos controlarlas conscientemente.

Así que imaginad por un momento que nos implantan un chip en el cuerpo – al igual que ya lo hacen para otras aplicaciones – que mida estas ondas. Y que nos pongan en la frente un semáforo rojo-verde para indicar si mentimos o no. ¡Madre mía la que se va a liar!. Estos potenciales evocados van a provocar  un cambio brusco en determinados hábitos. Tal vez nos tengamos que preparar para este futuro tan cercano, en menos tiempo del que pensamos. 


Por tanto, por favor, ponedme de inmediato una maravillosa nota en esta entrada indicando que os gusta mucho lo que leéis. Yo os creeré sinceramente.   

El cerebro

“Me he comprado un coche que tiene un motor de 200 CV, llantas de aleación, servoasistido, frenos de inyección, con autonomía de x horas, acelera de 0 a 100 en x segundos, un maquinón, etc,etc,etc.” Nos hemos aprendido perfectamente cómo funciona y sabemos qué hacer con el y qué no hacer, cuáles son sus particularidades y sus límites.

Sin embargo desconocemos hasta límites insospechados cómo funciona nuestro cerebro, no sabemos que prestaciones tiene nuestra arma más potente. Somos muy ignorantes en esto. Sin embargo, cada día más, tenemos la posibilidad de corregirlo. Para ello la neurociencia se está encargando de mostrarnos su estructura y su funcionamiento. Además está haciendo un esfuerzo para acercarnos sus descubrimientos. Nos están enseñando las utilidades del mismo, y sus aplicaciones de manera sencilla y clara. 

El conocimiento del cerebro, de su estructura, de su rendimiento, de su manera de funcionamiento, nos va a ayudar a saber el para qué hacemos muchas de las cosas que ahora ignoramos, nos permitirá comprender cómo funciona nuestra lógica y nos facilitará la comunicación con nosotros mismos y con los demás. En resumen, el conocimiento interno del cerebro nos puede llevar a ser coherentes, a rendir más, a conocer nuestro potencial verdadero.

Por supuesto esto no es lo único pero no tiene mucho sentido intentar mejorar nuestras actitudes y aptitudes personales sin tener en cuenta al centro neurálgico de todo esto, sin dar importancia al cerebro. Sepamos lo que hace, como lo hace, para qué está capacitado, y luego le enseñaremos nosotros cómo puede mejorar. 


O dejo aquí un buen video sobre nuestro cerebro, su funcionamiento y sus prestaciones. Así en la siguiente conversación que tengáis sobre “un maquinón” podremos ensalzar la potencia de uno de nuestros bienes más preciados: el cerebro.   Dará para un buen debate. 

EL CEREBRO - TODO SOBRE EL CEREBRO : DOCUMENTAL COMPLETO  


Lujuria

Me da para pensar mucho el conocer que en multitud de ocasiones tomamos decisiones o realizamos acciones que justificamos a posteriori sin darnos cuenta de que eso es lo que hemos hecho. Es más, si nos lo preguntaran, seguramente diríamos que el proceso ha sido al revés: primero pensamos y luego actuamos

Una de las situaciones en la que más ocurre esto es en aquellas que afectan a la lujuria. Esta emoción, es decir, la reacción psico-física inmediata a ese estímulo externo, nos afecta al cuerpo y a la mente de manera inmediata. El proceso químico que provoca nos afecta y nos altera. ¿Cómo actúa sobre nosotros, cómo nos influye, qué tipo de respuesta damos cuando estamos influenciados por la lujuria? ¿Cómo la hacemos consciente? ¿Cómo justificamos luego nuestra actuación?

El poder de la lujuria es enorme. Cambia carácter, altera respuestas, provoca. ¿Qué sentido tiene para nosotros? ¿La lujuria es buena o mala? ¿Nos puede servir para controlar determinadas situaciones o inducir a ellas? Por supuesto la lujuria es decisiva en las relaciones con los demás. No olvidemos que la lujuria es el “leit motiv” de muchísima gente.

Conocer todo el proceso que nos provoca un “ataque” de lujuria nos puede ayudar a ser conscientes de nuestros actos y a saber ajustarlos a nuestros valores. Saber cómo provocar la lujuria también tiene su puntito.

Para empezar a conocerla os invito a que veáis este interesante video sobre la lujuria. Seguro que nos da para más de una conversación.

Pd.- Os adjunto la definición de lujuria en el RAE, ¿qué os parece?

1. f. Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales.

Coaching y dinero

Ya sabéis de mi pasión por el coaching. Así que hoy, toca.

Hay gente que se ha preparado para acompañar a otros a conseguir sus objetivos. Ni dirigir, ni asesorar, ni ayudar, ni aconsejar, ni curar. Simplemente para acompañar. Este es el proceso del coaching, esa es la función de un coach: acompañamiento.

Con cierto tiempo y explicaciones, el cliente puede llegar a comprender esto. Introduzco la palabra cliente porque este acompañamiento, el coaching,  es una relación comercial entre dos personas. El cliente le paga al coach por su acompañamiento. Aquí viene la dificultad. Nadie quiere pagar. La valoración de este servicio es muy compleja, difícil de asimilar y asumir por parte del cliente.

Pero la tozuda realidad demuestra que los beneficios que puede obtener la persona que necesita ese acompañamiento son enormes. De hecho cuando he preguntado cual es el verdadero valor de conseguir esos objetivos que han alcanzado, no hay respuesta. No la hay porque reconocer esa cantidad significaría estar en deuda con el coach. Pero la respuesta no verbal, la física, la que se ve muchas veces a través de una sonrisa cómplice o de ese abrazo o de un buen apretón de manos, indica a las claras que ha salido más que barato.  

Mi experiencia así lo confirma. 

Porque ¿cuánto hubiera pagado alguien que está a punto de perder su buen puesto de trabajo por los continuos enfrentamientos con su jefe y que consigue evitarlo y hacer que su jefe vuelva a confiar de nuevo en él?

¿O por volver a poner un negocio de restauración en números positivos tras estar a punto de cerrar por las deudas?

¿O tal vez ese otro que iba a invertir una cantidad importante de dinero, teniendo que pedir prestado, para un negocio que al final vio que no debía hacer y se retiró a tiempo?

¿O aquella madre trabajadora, tan  agobiada por el cuidado de sus hijos pequeños y sin tiempo ni para respirar y que encontró huecos para poder realizar sus propias actividades?

¿O el que estaba en un proceso de separación dura, difícil, y que lo llevó a buen puerto gracias a adquirir los hábitos de la paciencia, tolerancia y empatía?

¿O quien consiguió poner su equipo de ventas en incrementos del 50% en época de crisis?

Estas situaciones y muchas otras se dan en estos acompañamientos en los que el potencial del cliente, que no del coach, se pone en marcha.


¿Qué valor económico se le puede atribuir a este proceso? 

Pd.- Os adjunto la explicación de Platón sobre cómo Sócrates entendía este acompañamiento. Me encanta. Ya lo tengo puesto en el lateral del  blog pero lo dejo aquí por si algún dia anuncio otra cosa en ese espacio. Así queda constancia.  

EL ARTE SOCRÁTICO DE PREGUNTAR:

El oficio de partear tal como yo lo desempeño, se parece en todo lo demás al de las matronas, pero difiere en que yo lo ejerzo sobre los hombres y no sobre la mujeres, y en que asisten al alumbramiento, no los cuerpos, sino las almas. La gran ventaja es que me pone en estado de discernir con seguridad, si lo que el alma de un joven siente es un fantasma, una quimera o un fruto real. Por otra parte, yo tengo de común con las parteras que soy estéril en punto a sabiduría, y en cuanto a lo que muchos me han echado en cara diciendo que interrogo a los demás y que no respondo a ninguna de las cuestiones que se me proponen, porque yo nada sé, este cargo no carece de fundamento. Pero he aquí por qué obro de esta manera. El Dios me impone el deber de ayudar a los demás a parir, y al mismo tiempo no permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que no esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en ningún descubrimiento que sea una producción de mi alma. En compensación, los que conversan conmigo, si bien algunos de ellos se muestran muy ignorantes al principio, hacen maravillosos progresos a medida que me tratan, y todos se sorprenden de este resultado, y es porque el Dios quiere fecundarlos. Y se ve claramente que ellos nada han aprendido de mí, y que han encontrado en sí mismos los numerosos y bellos conocimientos que han adquirido, no habiendo hecho yo otra cosa que contribuir con el Dios a hacerles concebir·
Platón, Teeteto(Platón, Diálogos. Editorial Porrúa, p. 301)