Me da para pensar mucho el
conocer que en multitud de ocasiones tomamos decisiones o realizamos acciones que
justificamos a posteriori sin darnos cuenta de que eso es lo que hemos hecho. Es
más, si nos lo preguntaran, seguramente diríamos que el proceso ha sido al
revés: primero pensamos y luego actuamos.
Una de las situaciones en
la que más ocurre esto es en aquellas que afectan a la lujuria. Esta emoción,
es decir, la reacción psico-física inmediata a ese estímulo externo, nos afecta
al cuerpo y a la mente de manera inmediata. El proceso químico que provoca nos
afecta y nos altera. ¿Cómo actúa sobre nosotros, cómo nos influye, qué tipo de
respuesta damos cuando estamos influenciados por la lujuria? ¿Cómo la hacemos
consciente? ¿Cómo justificamos luego nuestra actuación?
El poder de la lujuria es
enorme. Cambia carácter, altera respuestas, provoca. ¿Qué sentido tiene para nosotros?
¿La lujuria es buena o mala? ¿Nos puede servir para controlar determinadas
situaciones o inducir a ellas? Por supuesto la lujuria es decisiva en las
relaciones con los demás. No olvidemos que la lujuria es el “leit motiv” de
muchísima gente.
Conocer todo el proceso
que nos provoca un “ataque” de lujuria nos puede ayudar a ser conscientes de
nuestros actos y a saber ajustarlos a nuestros valores. Saber cómo provocar la
lujuria también tiene su puntito.
Para empezar a conocerla
os invito a que veáis este interesante video sobre la lujuria. Seguro que nos da para más de una
conversación.
Pd.- Os adjunto la
definición de lujuria en el RAE, ¿qué os parece?
1. f. Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito
desordenado de los deleites carnales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario