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¡Que cunda el ánimo!


Cuando das un poco de cuerda a la conversación y muestras verdadera atención e interés por el interlocutor, sale a la luz esa afición oculta, ese deseo no realizado,  esa frustración por no haber llevado  algo adelante o el miedo paralizante que bloquea.
Todos tenemos proyectos aparcados, yo el primero. Es normal. Cada cosa a su tiempo, en el momento adecuado.
Pero me he encontrado en muchos casos, que lo que está detrás de esa inacción es la frase: “Tú no puedes hacer eso”  o peor aún, “No vales para eso”.  A veces incluso no se utiliza ni la frase. Recibes una sonrisa de circunstancia, un gesto de desaprobación que se traduce de inmediato en: ¡Madre mía, ¿cómo se me habrá ocurrido a mí dedicarme a esta tontería? Y el resultado más que posible es el abandono del proyecto.  
Pongamos el caso de la escritura (aún sabiendo las ventajas de escribir que tratamos en el post anterior) pero  sirve cualquier otro ejemplo. Cuando alguien comenta que quiere escribir, le piden que sea Cervantes, o Shakespeare,  o Cela desde el minuto cero.  O todo o nada. Desde ya. Porque si no lo haces así, el ánimo que esperas, se convierte en palabras o gestos de desánimo.  Incluso conozco algún caso en el que lo que se esconde detrás es “Si yo no puedo, tú tampoco”.
Reconozco que me enfada mucho cuando veo la tristeza que este tipo de censura ocasiona en el otro. En ese momento, si pillara al cafre que ha sido capaz de hundirle  de manera tan sibilina, seguramente me oiría más de una voz fuerte.  Porque detrás de estos “animadores” se esconde un afán dominador, un miedo horroroso al progreso del otro, un pánico terrible al cambio o un complejo enorme de inferioridad.  
Así que, cuando alguien nos de la confianza, se atreva a contarnos sus proyectos, regalémosle unas palabras de ánimo, seamos empáticos con él.  ¿Cómo te gustaría a ti que se comportaran cuando presentas tu proyecto?

2 comentarios:

  1. Hola Javier:

    ¿Qué como me gustaría que reaccionara la gente cuando hablo de mi proyecto? Pues que me dijera que es la caña...que va a ser un pelotazo y que me va a ir genial...Claro todo esto no se puede decir cuando no hay garantías de que la cosa va a ir bien, yo lo entiendo ,esta es una respuesta que difícilmente voy a encontrar y de ser así no seria sensato por mi parte creérmelo. Así que, me conformo con que me animen a emprender y que valoren en mi solo el mero hecho de pensar algo diferente, además, de las malas experiencias , o digamos las que no son tan fructíferas también se aprende.
    A mi lo que me descoloca es el miedo el enfrentarme a algo desconocido, eso lo llevo fatal y claro no hacer algo por miedo me cabrea todavía mas,,, así que la solución es "tirarse a la piscina" si o si... todavía no tengo fecha....jejejeje pero es lo que hay que hacer.

    Besos

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  2. Hola Anónima/o:
    Cuando se emprende, el resultado final es desconocido. Por eso se hacen los supuestos: ¿Qué ocurriría sí? Y aunque esto también sea incierto, ayuda a poner flotadores para que cuando decidas tirarte a la piscina, no te hundas. Ah, no te olvides que quien más te va a ayudar no es necesariamente quien te diga que te va a ir bien sino quien te ayude a analizar pros y contras.
    Besos.

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