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Empezar otra vez


Quienes ejercemos el coaching sabemos de la potencia de este método. Suele dar buenos resultados. Pero lo que más me gusta es que además es sorprendente. Por lo menos para el coach, es decir, para mí.  
Cuando acompaño a un cliente en la consecución de un objetivo, nunca sé que camino vamos a recorrer.  Por tanto necesito prepararme mentalmente para esto.  Aun así reconozco que me vienen flashes puntuales que me incitan a marcar el camino. Casi siempre consigo apagarlos. Es entonces cuando empieza la maravilla del proceso.  Desde mi punto de vista. Se abren opciones, se ven soluciones desde otro punto de vista, desde otra manera de pensar, aparecen barreras que mi experiencia nunca me permitiría adivinar.  Y descubro nuevos mundos, otras perspectivas, cambian las alternativas.

Y el cliente me enseña su camino. Su recorrido. Por dónde quiere o puede transitar.
Pongo como ejemplo el caso real de una persona que si bien tiene una buena formación académica aún no ha conseguido aplicarla en un trabajo. Su objetivo es encontrar ese puesto. Habla, se explica, se pone en situación, busca alternativas y posibilidades. Vamos dándole vueltas y vueltas en espiral hacia abajo y hacia arriba para ver sus motivaciones, ilusiones, esperanzas, limitaciones,…en fin todo aquello que puede servir para lograr su deseo.

Bien, bien, las sensaciones que tengo a medida transcurre la sesión son buenas.  Hasta que afrontamos las acciones a realizar. No sale. No. No fluye. El tono es el mismo pero hay algo que no va. No sé lo que es pero lo siento. Se atasca. No hay propuestas, no salen. El cliente considera que todo lo que ha hecho hasta ahora es suficiente.  Me saltan la alarmas. Cuando hay ilusión no suelen haber barreras mentales. Aquí las hay. ¿Qué está ocurriendo?   Me atrevo a decirle lo que siento.  Le pido que profundice algo más.

De repente la sorpresa. No quiere trabajar de lo suyo. No está dispuesto a hacer ningún esfuerzo en ese camino más allá de lo que ha hecho. Porque no le gusta. Quiere otra cosa, otro tipo de trabajo.

¡Dios mío, esto es un vuelco en la sesión! Hay que volver al inicio, a plantearse de nuevo un objetivo. Buscamos propuestas en las que trabajará durante el tiempo que transcurra hasta la siguiente sentada.  Si el cliente quiere,…

¿Cómo  compaginas tus objetivos con tus valores?  ¿Qué esfuerzo/tiempo  has dedicado/estás dedicando  a objetivos que sabes/intuyes que no quieres conseguir?  ¿Qué valor le das a tener tus cosas más claras?

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